Todo dormía como si el universo fuera un error

Odio los días de apagar la luz,
de jugar al escondite en las sábanas.
De silencios,
de pensamientos inertes,
de colecciones de recuerdos que salen a la luz.

Días tenues,
nublados,
de medias sonrisas,
de carcajadas ahogadas.

Palabras vacías,
oídos sordos,
y mudos,
y ciegos, de los que cierran los ojos para no ver.

Miedos,
de los que atrapan,
de los que te paralizan,
miedo a no ser más,
ni menos,
ni nada.


P.





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