No es un adiós, es un hasta luego.


Y otro verano más se pasa volando frente a nuestras narices, disfrutamos tanto que cuando queremos darnos cuenta estamos rehaciendo maletas y preparando nuestra mente para la rutina helada del invierno.

Se va, pero los momentos, las personas, las sonrisas y la magia permanecen; permanecen del tal forma que aguardan en  nuestro corazón aportándole, cuando lo necesitamos, todo el calor que sobraba durante las noches de fiesta, las noches tranquilas y las noches pensativas, bajo la atenta mirada de la luna.

El verano es como una buena dosis de café, hay sorbos dulces, sorbos amargos, sorbos que queman pero cuando se acaba  siempre te tomarías otro. Yo puedo afirmar que amo el café...

Espero coincidamos de nuevo en menos de 300 días, estiuet...


P.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Un solo de pijamas con sordina

Roma

Y si me hablas a voces, me hablas con el corazón.