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Cuando la sangre de tus venas retorne al mar, y el polvo de tus huesos vuelva al suelo, quizás recuerdes que esta tierra no te pertenece a ti, sino que tú perteneces a esta tierra...

Eivissa estimada...
P.

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Un solo de pijamas con sordina

"Lo malo del después son los despojos que embalsaman los pájaros de sueño, los teléfonos que hablan con los ojos, el sístole sin diástole ni dueño. Lo más ingrato es encalar la casa, remendar las virtudes veniales, condenar a galeras los archivos. Lo atroz de la pasión es cuando pasa, cuando, al punto final de los finales no le siguen dos puntos suspensivos."
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Roma

Todo sentimiento es inmaterial hasta que va acompaña do de una caricia. Somos hombres irracionales, de pasión desmesurada bajo el edredón. Somos mujeres libres,  de morderse el labio disparando a matar. Somos niños, de saber comunicarnos sin hablar, aunque solo sea con la ropa por los suelos. Somos de no forzar,  de no saltar, de no arriesgar cuando nos erizan la piel. Somos gatos pardos de noche, con miedo atroz a la luz del día. No somos valientes por miedo a desposeer. Somos esa generación de milenials educados para congelar sentimientos. Pragmáticos de emociones. Somos cobardes. Perdemos el norte con escalofríos. Siempre bajando la guardia cuando nadie nos ve.  Somos de querer sin querer, de asustarnos si algo sale del guión, de nunca tirar dados, de no dejar a las dudas mandar Somos de no ver que esa casualidad fue perfecta. De no enteder que no somos el uno del otro porque sin el otro también somos. Somos de permanecer en stand b...
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Y si me hablas a voces, me hablas con el corazón.

Hay palabras que no salen  y miradas que hablan por si solas.  Hay momentos de silencio que bastan, para decir lo que no te atreves.  Hay caricias y besos que provocan escalofríos.  Hay flores que marchitan al poco de nacer, igual que las sonrisas que se pierden al no reír.  Hay pasión ardiente en todos los rincones,  en todas las terminaciones de mis dedos.  Hay magia en tus pestañas, que se expande en cada parpadeo. Hay vida en aquél que se atreve a romperse.  Somos la cara y la cruz de la moneda,  el gris del jin y el yang,  el sol al ponerse y su crepúsculo.  Mi sonrisa es como todos los estados de la luna.  Soy inmaterial porque me enamoro de la vida,  de su fugacidad de un momento.  Ese olor es mi perfume favorito,  que viene en dosis pequeñas de grandes abrazos.  Las personas no son más que aquello que percibimos de ellas,  aquello que nos transmiten.  Con ...
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